Hoy quedamos con Ana y algunos amigos más del club Atlántida para mostrarles algunos de los encantos de nuestro «Tenito del alma querido». Como siempre que hay «invitados» Adrián no me hizo ni caso y como buen anfitrón se concentró en hacer de cicerone y guiar la inmersión mostrando a la peña todo tipo de bichos de esos que él sabe encontrar.