Había montado angular para empezar a probar cositas, pero algún majadero anunció mar de fondo por el «guasap» y tonto de mí, le hice caso. Tocó un día de playa maravilloso el mar apenas se movía con una ligerísima corriente que sólo notamos en Las Eras ayudándonos de regreso. Apenas dimos aleta. Como habíamos montado el 105 (Arteaga y yo) pues tocó ir de bichitos. El antenario nos esperaba y esta vez pude cuplir mi sueño de fotografiar uno con un poco de azul al fondo, o debajo pues el condenado se esconde en una cuevita de un saliente y el azul le quedaba por debajo. Pillamos dos muriones uno chiquito e inquieto y luego un veterano que se dejó fotografiar de lo lindo. A la vuelta una parejita de chocos y ya casi en la orilla el camarón pistolero más grande que habíamos visto nunca. Menudo Bicho!!

Tras un breve descanso, pusimos rumbo a Punta Prieta para terminar de «quemar el vicio». Tiramos para la cueva donde nos esperaba otro murión y una picopato que se divirtió de lo lindo conmigo brindándome un buen susto cuando la curiosa salió completamente de su estación de limpieza y me pasó muy pero que muy cerca. Todavía les tengo un gran respeto: quizá sea por la tremenda dentadura que enseñan. Un bonito nudi a la subida y 15 minutos de deco que pasamos entretenidos con caballitos, chupasangres, ermitaños y demás bichos de costa.