El tiempo seguí imposible en toda la isla menos en la parte sud-este que quedaba a salvo del fuerte oleaje así que una vez más nos fuimos  a Las Eras. Joni nunca había estado en esta inmersión y aunque le gustó mucho no pilló un de los mejores días pues por las mareas vivas (luna llena) y a la hora a la que entramos al agua, nos pilló una de las corrientes más fuertes que nunca había sentido en esta zona (nada que ver con Teno, por cierto, pero como ya nos estamos acostumbrando a la calma chicha del sur pues se nos está quitando esto de «chicharrones del Norte» como nos llamaba Julio el otro día…)