Lugar: Teno, Buenavista
Fecha: 23/01/2011

Profundidad Máxima: 23,8m

Hora de entrada: 11:10
Duración: 65min
Temperatura: 21ºC

Compañeros: Abi, Juan, Adrián y Sacha

Tras los imprescindibles ejercicios de estiramiento que todo responsable buceador deportivo debe cumplir a rajatabla antes de iniciar cualquier inmersión (aunque sea un bautizo en piscina) nos equipamos y directos al agua, no sin antes inmortalizar la salida al pie de las barcas de Teno. El briefing de buceo estaba claro, había que tirar por plataforma hasta la cueva del tamboril y una vez ahí, dependiendo del aire, las ganas de todos y la corriente, avanzaríamos hasta la zona del coral.

Nada más picar, un pulpito nos entretuvo al encapricharse con mi lupa. El muy condenado, a pesar de que le intentaba explicar que la lupa era un regalo de navidad de mi «Pupu» y que no podía desprenderme de ella, pues erre que erre quería llevársela para decorar la entradita de  su cueva. Al final me impuse y el pulpo se quedó sin lupa. Ya en el tamboril el aire sobraba, la corriente apenas se notaba, la visibilidad era impresionante y las ganas, pues las ganas nunca faltan, así que nos encaminamos hacia el coral.

De camino al coral Abi descubrió un chucho perfecto para hacerle fotos, así que, paradita a tomar fotos y un poco más allá llegaríamos a la zona del coral.

Dios mío, qué belleza de orografía. Me encaaaaaaaaaanta esta zona, cañones, agujeros, cuevitas, salientes, rocas inmensas emergiendo del arenal, y mucho, mucho coral.

Es una inmersión hermosísima aunque he de advertir que desmerece hacerla desde tierra pues entre lo que uno gasta para ir y lo que tiene que reservar para la vuelta (la corriente suele ser fuerte y el coral está a veintipico metros) el tiempo que puedes dedicar a ese «paraíso perdido» de coral resulta siempre escasísimo. Adrián llegó a picar los 27 metros en una zona que comenta que estaba completamente ajardinada de nuestro rojizo coral canario.

Tenemos la inmersión de hoy «marcada a fuego» y muchas ganas de volver con la zodiac así que en cuanto todo cuadre la repetimos!!!

Al salir a superficie, horror!!!!!!!! el día había cambiado y nos calló un palo de agua que nos hizo recoger corriendo aunque, como no, también riendo y cantando bajo la lluvia tras un muy provechoso día de inmersión.

Una vez en el coche tiramos pal club a reponer fuerzas y a contar batallitas…